Diego Maureira es teórico, escritor, curador y docente. Sus textos abarcan la obra de artistas jóvenes y no tan jóvenes de la escena local. Interesado en crear y difundir contenido relacionado con la reflexión artística, es parte del Departamento de Estudios de los Medios (DEM)
y fundador de la plataforma Aceleracionismo.
Me reuní con Diego en la galería D21, uno de sus lugares de trabajo, para conversar sobre el acto de entrevistar, maneras de escribir y cómo llegar a ser la versión más libre de uno mismo.
Me reuní con Diego en la galería D21, uno de sus lugares de trabajo, para conversar sobre el acto de entrevistar, maneras de escribir y cómo llegar a ser la versión más libre de uno mismo.
Javiera: Como te decía, estas entrevistas surgieron de forma súper espontánea y al tiro pensé en ti, por dos motivos en verdad. Uno, es que te tengo asociado al género de las entrevistas dentro del arte, pero también porque
fuiste la primera persona que me entrevistó.
Diego: Sí, me encantó esa entrevista.
Javiera: Es una entrevista de la que no hay archivo, ¿o no?. Se borró del internet y desapareció.
Diego: La tengo. Siempre he planeado incluirla en algún libro a futuro. Es muy entretenida esa entrevista.
Javiera: Ahora me pareció interesante poder invertir esa posición y yo ser la persona que te entrevista a ti. Para empezar, quería que me contaras un poco cuál es tu relación con las entrevistas. ¿Sientes algún tipo de afinidad con el acto de entrevistar personas, te gusta el formato, qué significa para ti tener que hacerlas?
Diego: Me encanta hacer entrevistas, aunque también reconozco que no sé si lo hago bien. Solo lo hago de forma intuitiva y espontánea. A veces entrevisto a personas que por diferentes motivos me despiertan curiosidad. Porque están haciendo algo o porque tienen algo que decir. La última entrevista que hice fue la de Justo Pastor Mellado. Si volvemos atrás, la entrevista que te hice a ti con Ivanna Donoso también estaba sujeta a cosas que ustedes estaban haciendo. Esa me gusta en particular porque siento que era súper narrativa. Era como un guión. Mensajes cortos, frases directas.
Javiera: Sí, la transcripción era bien literal de cierta forma. No había mucho de ese proceso de edición posterior.
Diego: Era un diálogo.
Javiera: ¿Y tú lees entrevistas, consumes entrevistas?
Diego: Es un formato un poco satélite dentro de lo que hago porque yo escribo sobre todo, pero me encantan las entrevistas y esta es, de hecho, la primera vez que soy yo el entrevistado. Siempre pensaba en auto-entrevistas. Creo que lo he hecho en las notas del celular. Cosas que quiero decir pero que nadie me las pregunta, entonces las anoto yo mismo. Pero sí, me gustan aunque no sé si leo tantas entrevistas.
Javiera: Hace poco subieron dos entrevistas que hiciste sobre exposiciones que ahora mismo están abiertas, la curada por Pastor Mellado en D21 y la de Macarena Cuevas en MAVI. Imagino que tienen dos puntos de inicio diferentes. ¿Cómo surgieron esas entrevistas?
Diego: Sí, la de Macarena surgió por una propuesta de Verónica Echeverría para su revista, Odradek, y nos pareció muy buena idea. Nos sirvió para pensar sobre la exposición, ya que estábamos precisamente en una etapa de desarrollo del proyecto. Yo no solo soy entrevistador si no que también soy el curador de su exposición, entonces ahí estaba jugando en un doble bando. La de Mellado surgió porque me cuesta encontrar puntos de entrada contemporáneos a la obra de Eugenio Dittborn, más allá de la bibliografía típica. Para mí Mellado es una figura central en este asunto. Creí que la mejor forma de aprovechar eso era entrevistarlo.
Javiera: Habría pensado que la de Mellado había sido un encargo y que la de Macarena había surgido de manera más espontánea.
Diego: Lo de Mellado surgió más por iniciativa propia y fue apoyado por la galería. De hecho va a salir publicada en un texto de un catálogo, creo, de D21.
Javiera: ¿Y hay alguien que te gustaría entrevistar? Ya sea por tus intereses profesionales o personales.
Diego: ¿Así como alguien importante?
Javiera: No, quizás no importante, pero a veces pienso que es interesante saber qué piensa tal persona de tal cosa, ¿no?
Diego: Hace poco entrevisté a Joan Joao. Es un pintor joven. Creo que más bien salto de un lado para otro. Joao debe tener unos 23 años y Mellado, 75. Yo creo que si se me ocurre alguien a quien entrevistar va a depender más de las circunstancias, como ha sido siempre. Y probablemente lo vaya a hacer igual independiente al contexto, funciono así, porque me dio la gana.
Javiera: ¿Y qué relación crees tú que existe entre el acto de entrevistar con el de escribir textos teóricos? Aquí el concepto de diálogo se me vuelve relevante.
Diego: Cuando entrevisto no opino mucho, me transformo en un medio no más. Creo que no intervengo tanto, ahí el protagonismo lo tiene el entrevistado. Entonces, soy bien neutro entrevistando. Al escribir un texto teórico es diferente. Ahí aparece mi voz.
Javiera: Autoral.
Diego: Soy poco acaparador a la hora de entrevistar, me gusta que las personas se expongan o expresen al máximo.
Javiera: Yo te tengo asociado a un “detrás de escena” en el arte. Así como hay gente que le gusta estar en el spotlight, hay gente que prefiere estar detrás, y son quienes muchas veces elaboran o permiten que la gente que le gusta estar en el spotlight pueda estar ahí. ¿Te hace sentido? ¿Dónde te posicionas en esta suerte de escenario del arte?
Diego: Sí, eso es lo que más me gusta. Es que no soy artista.
Javiera: Claro, pero igual hay curadores que les gusta estar al frente.
Diego: Sí, sí, creo que tiene que ver con mi personalidad. Y que no me gusta llamar tanto la atención. Un poco no más. Prefiero observar de lejos. También busco participar, pero a la vez no estar en un rol protagónico. Yo creo que por eso me dedico a escribir.
Javiera: Claro, es un lugar en el que puedes estar en el medio. ¿Y nunca has querido estar debajo del foco central del escenario? ¿Nunca has querido ser artista, hacer una obra, hacer una performance?
Diego: No, lo último que haría sería una performance. Pero quizás cambie en el futuro, ojalá, porque hay que tratar de ir a los lugares que están lejos de la zona de confort. Pero me gusta escribir y me gusta eso de que aparezca el texto y no yo. Ese lugar me acomoda harto. Es que me representa, es un oficio, es algo que yo he practicado harto. Me gusta la escritura, entonces por ahí me trato de mover.
Javiera: ¿Y qué te llama a escribir?
Diego: La vida, las cosas que te pasan en el cotidiano. Esas cosas de las que uno reflexiona y que de repente si no las escribes se te escapan. Yo creo que probablemente te ha pasado. Por eso también existe el vínculo con el arte, tiene que ver con eso. Cuando escribo de arte estoy tratando de hacer un vínculo con la vida.
Javiera: Sí, entiendo. Aunque tampoco lo entiendo del todo porque para mí la escritura es algo difícil. Me cuesta escribir pero me gusta pensar en escribir. Me gusta asociar ideas. Pero el acto mismo de sentarme a escribir me cuesta un montón.
Diego: A mí me gusta sentarme a escribir. Pero también aprendí en el último tiempo a escribir más suelto, entonces escribo en las notas del celular, que es algo que en un comienzo no hacía. Escribir era sentarme a escribir y para eso necesitas concentración y necesitas otras cosas. Pero ahora ya tengo más soltura, entonces puedo escribir en cualquier parte.
Javiera: Yo creo que todavía estoy en esa etapa en donde sentarme a escribir es “un momento”. Tengo que hacerme la idea de sentarme a escribir y que necesito de requerimientos a mi alrededor.
Diego: Yo lo comparo con el artista en su taller. Para mí es súper reconfortante estar en mi escritorio, estar tranquilo, crear un ambiente. Saber que tengo tiempo para escribir, eso yo creo que es el factor más importante. Bolaño decía en una entrevista que no hay nada más placentero que percibir el flujo del tiempo. Cuando escribo me pasa eso. Tener ese tiempo para escribir te hace percibir el estar-en-el-tiempo.
Javiera: Sí, es verdad. Yo creo que eso es lo que me pone incómoda, precisamente eso. Sentir que el tiempo pasa. Porque estoy acostumbrada a hacer cosas que me permiten no sentir el paso del tiempo. Bueno, seguro que es necesario amistarse con ese aspecto más pesado del tiempo. ¿Y qué has leído últimamente que te ha llamado la atención?
Diego: No se me viene algo puntual a la mente pero pienso en estos textos que refieren a estados contemplativos, siento que tienen mucho que ver con la escritura de arte. Por ejemplo, el último libro de Matías Rivas. Está bueno porque realmente son pensamientos, reflexiones, sobre cosas y eso es algo que a mí me gusta. Esto también lo encuentro en otros textos como los de Marta D. Riezu, o en las columnas Tracey Emin. Son personas que opinan sobre cosas, pero son opiniones parciales. Eso lo hace mucho más atractivo. Hay en ese tipo de escritura un grado de sensualidad, una intimidad en mirar lo que nadie está mirando.
Javiera: Te permite entender el punto de vista de esa persona.
Diego: Sí. Que es bien complejo. Creo que todos tenemos puntos de vista súper complejos, pero traducirlo a otra cosa, eso es difícil.
Javiera: Súper difícil. Porque hay una dificultad en lo directo que es cuando funciona.
Diego: Sí, yo creo que se puede lograr a través de diferentes medios, porque cada quien desarrolla su arte. Y eso también me parece importante. Últimamente, he sentido que estoy muy cómodo haciendo lo que hago, pero en verdad no ha sido fácil llegar a hacerlo. Hay harto trabajo, y por eso me gusta hablar de los oficios, de la gente que hace cosas. Porque está la fuerza, la energía, la concentración puesta en desarrollar algo. Paul Strand decía que no existe un camino para hacer tus obras porque el camino eres tú, y cada uno tiene su propio camino a desarrollar. De repente, aparecen ciertas cosas que conectan con otras personas.
Javiera: Este cambio hacia una forma más suelta, o depurada, creo ser capaz de percibirla en ti. Quizás cuando nos conocimos tenías un aire más institucional, más formalito de cierta forma, y tu escritura también estaba más asociada a esas características. Pero creo que se ha vuelto muy visible, o legible más bien, que has buscado maneras de soltar y hacer más laxo el pensamiento y la escritura. ¿Qué cosas han cambiado en ti que te han permitido ser más libre?
Diego: Siento que siempre he querido lo mismo. Y en algún momento lo tuveque asumir. Uno tiene que avanzar en el trabajo. A veces pienso en la forma en la que escribía cuando estaba en la universidad, en mi consciencia esos textos son tan buenos como los de ahora. Siempre escribí así.
Javiera: Sigues encontrándote ahí.
Diego: Claro, me confirma que siempre supe lo que quería. Pero para llegar a lo que quería, que es esa libertad de la que estoy hablando a la hora de escribir, hay que volverse profesional, hay que aprender. Lo importante es estar siempre aprendiendo. Entonces, claro, hice cosas que eran más oficiales a nivel académico. De hecho las sigo haciendo en distintas versiones, pero eso no es lo que más me representa. Igual me gustan. Pero lo que más me representa son las cosas que me salen de adentro. Por eso a veces escribo sobre exposiciones sin que nadie me lo pida, o de una película, o de cualquier cosa.
Javiera: ¿Cómo se relaciona esa libertad o esa búsqueda más expansiva con Aceleracionismo o con el DEM? ¿Cómo los puedes integrar dentro de esta lógica de libertad que quizás has estado explorando?
Diego: Me parece que están relacionados, pero de otra manera. Tengo colegas que se dedican a la historia del arte o a la teoría, que son campos muy específicos, entonces sí o sí tienen que estar al alero de instituciones porque es ahí donde estas disciplinas existen. Pero tendría que abordarlo por partes, porque el DEM y Aceleracionismo son cosas diferentes. Aceleracionismo puede ser parecido a lo que están haciendo ustedes con Dolores, proyectos que uno no tiene tan claro qué son, pero que ponen en movimiento otras cosas. Yo pongo en movimiento las cosas que me atraen. Entonces, está por un lado el arte contemporáneo, o quizás ultra contemporáneo, escenas más jóvenes, escritura más joven. Y también está el tema de la ropa, de participar de eventos, de generar asociaciones, colaboraciones, publicaciones, etc.
Javiera: Es como echar a andar una bola para ir viendo qué pasa y cómo crece o cómo muta y en qué se transforma. Eso es lo más liberador que uno puede hacer porque, en general, se exige dar inicio a cosas para que lleguen a un resultado en concreto.
Diego: Es interesante porque no se alcanzan metas. Tiene más que ver con vivir el presente, compartir, mostrar. No creo mucho en la rivalidad o la competencia, no me gusta caer en eso. Trato de que, si es que se puede, mostrar las cosas que considero que son buenas, darlas a conocer. Con que se conozcan es suficiente porque tampoco tienen un uso específico.
Javiera: Claro, muchas veces la finalidad termina siendo solo esa, poder ponerlas en una zona común.
Diego: Porque van mutando y en ese cambio no hay nada permanente.
Javiera: ¿Te identificas como una persona que busca la novedad? ¿Te sientes atraído por esa idea?
Diego: Me gusta sorprenderme pero yo creo que a todos nos gusta.
Javiera: Yo me siento más escéptica sobre lo novedoso o sobre lo que aparenta ser nuevo. Quizás soy más amarga y eso me hace desconfiar, pero pensaría que es algo que a ti te fascina.
Diego: Sabes que no tanto, también soy desconfiado. Pero hay cosas que sí me parecen que son lo suficientemente atractivas como para estar ahí, me gustan.
Javiera: Hace un rato me hablabas sobre la exposición de Joan Joao. ¿El forma parte de ese grupo de agentes a los que te interesa asociarte?
Diego: Me gusta su obra y hemos trabajado juntos y estamos bien alineados. Nos entendemos. Pero más allá de eso, me gusta cómo pinta, tiene que ver con mi gusto personal. Porque uno se dedica a esto y tiene una responsabilidad, ya sea como crítico de arte o como historiador del arte, de hablar de forma rigurosa, o decir cosas correctas. Pero también está el gusto personal y eso creo que es válido que se filtre. Yo siempre me planteo como un sujeto parcial, no puedo decir “este es el arte correcto y este es el arte incorrecto”.
Javiera: ¿Y sientes que eso se hace todavía?
Diego: Creo que pueden haber opiniones que quizás son más moralizantes en ese tipo de cosas. Pero a mí me parece una tontería, o sea que, ¿qué arte está bien ahora, quién sabe, y desde qué lugar esto se puede afirmar? Me parece que lo mejor es aportar a la reflexión. En lugar de cerrar el pensamiento o cerrar el discurso.
Javiera: El año que viene es el año de la serpiente en el horóscopo chino. Es tu año. ¿Qué te gustaría que pasara contigo, entendiendo que se abre un ciclo de 12 años?
Diego: Siento que estoy viviendo en el presente y me sorprende que vaya a vivir en el año 2025. Últimamente me cuido harto con el tema del deseo porque cuando uno quiere mucho las cosas, y se concretan, te das cuenta que quizás no las querías tanto. El deseo también es la fuente del sufrimiento, entonces evito desear mucho y trato de valorar y disfrutar lo que tengo en el presente. Es bien budista pero me hace muy bien pensar así. Para mí, lo peor es estar deprimido y me pasa harto, entonces me estoy cuidando harto de eso. En general, estoy haciendo hartas cosas que me gustan.
Escucha la playlist que Diego elaboró como
complemento a esta entrevista.